jueves, 29 de mayo de 2008

Por la ruta del valle Mantaro

Aprovechando la coyuntura por el Primer Congreso Nacional de la Papa, los alumnos del Instituto Peruano de Gastronomía (IPG), CENFOTUR y Professional Air acudieron a Huancayo en búsqueda de trabajar el concepto de Investigación y el diseño de la ruta gastronómica de la papa nativa en el valle Mantaro. Cerca de cien estudiantes de cocina gozaron de una experiencia magnífica, recomendable al cien por ciento para todos los viajeros. Si se dispone de tiempo y hay ganas de pasar un buen rato, imitar esta travesía es una experiencia extraordinaria.

La ruta de los alumnos

Viajar es siempre grato, pero hacerlo en tren es una experiencia inolvidable. Los distintos alumnos de gastronomía que acudieron al congreso de la papa tuvieron la oportunidad de viajar a Huancayo mediante el mítico tren que une a Lima con la capital de Junín. Este parte desde la estación de Desamparados, a espaldas del Palacio de Gobierno, y aprovechando la ocasión, tuvo la particularidad de contar con un sobrenombre. Se le denominó “El tren del sabor y del saber”, y albergó, además del entusiasmo y las ganas de los estudiantes, distintos aperitivos y bocaditos que ellos mismos prepararon en un vagón especial del tren, y que fueron degustados por toda la tripulación. Todos los platos fueron hechos a base de papa, panes y distintos productos típicos de la zona del valle del Mantaro. Este tren permite la contemplación de paisajes impresionantes en una ruta única. Además, cuenta con asientos muy cómodos y con distintos vagones entre los que destaca el bar, un espacio en el que se puede hasta bailar.

Una vez en Huancayo, luego de apreciar el contraste mágico de su geografía, y de gozar de la amabilidad de la gente, los alumnos pudieron acudir a su primer objetivo, el Congreso. Ahí recibieron los discursos de Andrés Ugaz, director del Instituto Peruano de Gastronomía; la investigadora Isabel Álvarez; el chef Flavio Solórzano, del “Señorío de Sulco”; y de Renato Peralta, mano derecha de Gastón Acurio, entre otros. Las frases giraban en torno a la protección de nuestros recursos, al orgullo por la posibilidad de contar con un insumo mágico como la papa. Y a la posibilidad latente de la creación de rutas gastronómicas.

Conociendo las bondades del valle

La ruta gastronómica del Valle del Mantaro encierra tres locaciones: Huancayo, Concepción y Jauja. El producto bandera en esta ruta es la papa nativa. La zona alberga cerca de 250 tipos de papa, que se encuentran por ejemplo en el mercado Malteria, en Huancayo. Este local llama la atención por su orden y limpieza, y destacan también sus comodísimos precios. Pero la papa no es lo único que se puede encontrar en la ruta. Además de conocer distintas comunidades campesinas y de gozar con un clima fresco durante el día, se puede disfrutar de la trucha, un pescado de río que cuenta con un criadero gigante en la localidad de Ingenio, en Huancayo. Y también de la ruta del pan de anís, en Concepción.


Concepción es conocida como la “capital del pan”, y queda a tan solo 30 minutos de Huancayo. Cuenta con zonas más rurales que las de la capital del departamento y conserva su esencia serrana. La ruta del pan de anís permite apreciar la región en la que se produce la elaboración quizás más emblemática del pan en nuestro país. Se puede degustar mucha variedad de panes, y distintos productos hechos en base de este bondadoso producto. Además de reconocer las distintas festividades, costumbres y ritos que giran en torno de la preparación del pan.
Como parte de la ruta del pan es posible visitar ferias que veneran el producto y en las que destacan las productoras de pan vestidas con atuendos típicos como la Concepcionina o la Montacanastas. Son imprescindibles también las visitas a las panaderías artesanales y al pueblo de Ocopa.

La ruta es posible

El concepto de ruta gastronómica encierra el seguimiento de itinerarios y la realización de actividades que se agrupan en torno a un eje aglutinante relacionado con el patrimonio alimentario y gastronómico local y regional, y que incluye los otros patrimonios históricos, culturales y naturales. En el camino se benefician los productores y cocineros empíricos de nuestra cocina regional, tantas veces dejada de lado. Así como los restaurantes y hoteles colindantes a la zona. Y sobre todo, el turista. Esta vez les tocó a los estudiantes de gastronomía enfrentarse a la ruta del Valle del Mantaro. Con mayor organización y colocando en regla distintas acciones, esta ruta se podrá apreciar mucho mejor. Y podrá ser la apertura para la creación de distintas rutas alrededor del Perú. Es obvio que destinos turísticos no nos faltan. Y sabores que conquisten paladares exigentes, tampoco.

Apogeo de la cocina peruana

La gastronomía del Perú merece ser tratada a la altura de su reconocimiento mundial. Es quizás el único motivo en el que hay consenso entre los peruanos. Estamos orgullosos de nuestra cocina. Pero su apogeo y fama no deben quedar como un simple boom, y el deseo de engrandecerla no debe permanecer en la gama de las buenas intenciones. La gastronomía viene acompañando el fortalecimiento del turismo en el país, y la elaboración de un binomio que los envuelva de manera efectiva es una tarea urgente. En ese contexto la creación de rutas gastronómicas aparece como un ideal punto de partida. Al más puro estilo de países como España, y su reconocida “Ruta del Jamón Ibérico”, o sin ir muy lejos, Chile y su “Ruta del vino”, el Perú está en condiciones de ofrecer un producto que venere nuestra mágica geografía y que conquiste los paladares turísticos con innumerables platos.

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